Del libro « El día de hoy » de Garcín Editores (2013)

 

3.

Somos los desterrados

los que se miran

desde la desgracia que habita

todos los finales.

Somos los que  rasguñan la entraña de esa fiera

que llaman Dios

para  que sangre y llore

porque no podemos retener el tiempo

y su vértigo

en mitad del cuerpo.

 

 

4.

A la noche dejo mis ojos

como dos erizos boca abajo.

Adentro,

el agua que llenó mi cuerpo

es sólo otra palabra

por la que resbalo

ribera abajo

sin deseo ya de tierra

de piel.

Sin deseo.

9.

No es que siempre sea la tristeza

es que el mundo, sus intentos,

se  descomponen

cada mañana

cuando al fin creemos

haber ganado la otra orilla.

 

29.

La verdad es esta mueca

honesta

insensata

que se escapa de mi cuerpo

cuando el sexo sabe a culpa

reconciliación.

 

Lo demás es pan

necedad

cacería silenciosa de los cuerpos

suspendidos en una vigilia innecesaria.

 

47.

Pagarás por tu silencio

y por tus palabras

por tu falta de pudor

por haberte hincado ciego

ante los dioses de la tarde.

Pagarás por haberles ofrecido los riñones y los labios

por dejarlos oler tu bilis y tu miedo

por llorar

y por amar

el oscuro ministerio  de lo ausente.

 

 

57.

Guárdame el beso madre,

pues siempre entre el tiempo vuelvo

sin mí, tan perdida,

tan de ti

a buscarte.

 

 

Del libro “Detrás de la bruma” (2012)  Colección Los Conjurados. Común presencia editores.

 

Lenguaje

En esta hondura que es mi cuerpo

laten el agua el miedo

el goce de mirar tus ojos

calmos

limpios

como cualquier palabra

muerta.

 

Olvido

Estarás lejos

cuando en las tardes el aguacero de siempre

esconda golondrinas y gusanos.

Sabrás al fin que olvidar es sólo

esquivar entre las calles

fantasmas

que la luz de los faroles imagina.

 

Misterio

Imposible comprender

lo que se erige en mí

inminente como esa raíz que atraviesa

a un mismo tiempo

el corazón de todos los árboles

las aves y los vientos.

Imposible comprender el lenguaje furioso

de las tempestades

el castañeo de las estrellas

clavadas en el centro de la noche

la tierra que se agita y desgarra mares

los ojos ciegos por primera vez

ante el deseo que súbitamente desaparece.