El presenciar ‘Don Juan Tenorio’ en manos de Blanca Portillo se antoja imprescindible

 

La adaptación de Juan Mayorga y Blanca Portillo no trae un nuevo Juan Tenorio, sino que hace cambiar al espectador el prisma con el que debe observarse la obra. Y esto, no lo hace de una manera abrupta para con aquel que disfruta de la obra; la obra de José Zorrilla se presenta fidedigna en texto y renovadora, a la par que transformadora, en todo lo demás.

Nos puede sorprender de entrada la introducción en lo moderno a la que nos llevan, por ejemplo, el vestuario de los actores o, de una forma más escénica aún, determinados gestos que ellos ejecutan y que podemos encontrar en cualquier tasca o punto de reunión a la luz de un Don Juan de pacotilla del s.XXIDon Juan Tenorio José Luis García Pérez.

Y es que, la esencia de la obra dirigida por Blanca Portillo es que tanto ayer como hoy, el personaje de Don Juan no es un héroe, no es un adalid de libertad, tal vez de libertinaje, que hace y deshace a su antojo, como si un patrón de los odios viscerales de las personas fuera.

Podríamos hablar de grito y reivindicación feminista en la obra, pero sería quedarnos en lo más superficial. Tal vez, ocupe mejor lugar el decir que Blanca Portillo logra restar grandeza a la figura de Juan Tenorio rodeándolo de situaciones y otros elementos mucho más mundanos, cercanos al público y estereotipados que en la obra clásica. De ahí que el mito de Don Juan quede reducido a pendenciero copulador sin escrúpulos.

El malote de barrio

En ese deshecho en el que se acaba convirtiendo Juan Tenorio en la obra es el futuro de ‘El malote del barrio’ de tantísimos parajes. Y en verdad, es la imagen que nos transmite José Luis García Pérez, que más parece el prototipo de joven a ayudar por Pedro García Aguado en ‘Hermano Mayor’ que el héroe prototípico del teatro español.

Hay que señalar que la prepotencia, el machismo, el desorden emocional etc. está ya presente en la obra original de Zorrilla, pero, quizás, ese conglomerado se veo velado por todo lo demás que rodea la obra. Incluido el final.

‘El malote’ acaba salvándose de la cárcel gracias a la declaración de una de las mujeres que anteriormente ultrajó. Cómo no, siempre en el último momento, ante la mirada del juez supremo. Ahí el arrepentimiento, o no.