El único que confía en Zamacois es Antonio Galiardo, adinerado bohemio con pretensiones literarias. De hecho El Cuento Semanal es posible porque Galiardo se sentía en deuda con Zamacois por haberle introducido en la redacción del diario La Publicidad. El 4 de enero de 1907, Desencanto, de Octavio Picón[1], inaugura la colección que tiene gran...