Rafael del Castillo

 

OLORES, COLORES Y SABORES DEL SONIDO
(Primer y quizá único movimiento)

Yo diría que ningún hombre o mujer en sus cabales
quiere nada con el silencio,
pero hay cada loco…
Fernando Del Castillo, 1280 Almas.

El sonido es amarillo a veces, a veces es azul o es añil
y de cuando en cuando
violeta
¿Lo han visto cuando rojo?
¿Lo han oído escarlata o palpado naranja?
También es áspero a veces el sonido,
pero es mejor cuando tibio, exquisito cuando casi casi caliente,
hay tiempos en que es profundo de súbito el sonido,
pero nunca hay peligro, ya que basta con dar unas cuantas brazadas
para quedar de nuevo con los pies en la arena:
el sonido a la altura del lóbulo tembloroso de la oreja,
o justo al nivel del corazón…

Se chapotea en el sonido si no ha mutado en aire…
Y si ya es aire
aspíralo
sin dudarlo un minuto
con fruición:
Es ácido, es jazmín, es otra vez naranja, es anís, es limón,
es mosto fermentado, es vino sonando a alegría en el resto del alma…

Tronando seco
a veces nos aterra,
Y si acaso ruidoso o estridente:
Él mismo no se gusta
Y merma poco a poco,
Lento, verde, amoroso
hasta ser un murmullo
el sonido…

Las gentes lo imitan de mil formas al sonido:
Aplauden, zapatean, cantan silbando, o estridulan…
A veces inventan instrumentos,
usan el viento, percuten, rasgan
Cuando no
todo
a una:
Frutos rojos o agudos, argentinos o líquidos…

El sonido se alista:

¡Todo sentido calla, se levanta, se aguza…!

PALABRAS DEL SONIDO
(Segundo e imprevisto movimiento)

El sonido nos habla
No es necesario que lo haga en la lengua imperante.
Todos lo entienden: habla.

La poesía es su idioma:
Los pájaros lo entienden.
También hay unos músicos
Parados en la esquina
Que lo entienden
Y cantan:
El sonido nos habla.

Lejos suena un martillo
Terminando una mesa
Y hay otras profesiones:
se escucha
a lo que suenan…

Suena todo,
repercuten las cosas:
El sonido nos habla
Esa es su vocación
La de la muerte
Es otra:
A callar
A callar
A ello nos reclama
(Si después de la muerte
Todo fuere silencio
La culpa es de los vivos
Que van cayendo fácil
Sin decir ni cantar:
Vacío el corazón)

Si después de la vida
Todo fuere silencio
Dios lo dirá
Mas
de no ser así
si Dios cantase,
Vendría el paraíso:

Si el sonido cantase
Sin picos y sin alas, sin luces, ni instrumentos
Si el sonido cantase
Sería el paraíso…

AMADO

Ese que amó una vez
ya sabe desnudarse
Está solo y desnudo
acodado a la ventana más inmensa construida nunca
solo
y desnudo
Se mira las manos
y no entiende
se mira al espejo desnudo
y nada entiende
El silencio es su desnudez
El hambre es su desnudez
Mira la ventanilla de la nevera llena
y desnudo tirita ante esa luz azul y fría:
una lágrima ya es hielo en su rostro
a la altura de estos versos.
Suena una canción en la radio
Mas ni siquiera eso entiende
va a la Iglesia y se persigna solo
desnudo en una iglesia
se persigna como el que se masturba
ni siquiera está dios
ni siquiera él está,
no están sus crucifijos
ni su incienso infernal.
Está solo este hombre y parece rezar.
Almuerza, se abotona
y parece embebido en un llanto o dolor.
Sabe que un día amó,
y está desnudo
y está
además
la noche
y un silencio…

MÍSTICA

Asumo el misticismo en cuanto no concibo el paraíso
sobre la tierra
Leonard Cohen

Porque la luz no ha estado de mi parte
he debido encender
mis propios fuegos
Porque el sol es muy pálido en mi calle
olvido pronunciarlo en mis poemas
Porque el amor me quiere lejos suyo
le pongo zancadilla y
lo poseo
en hoteles de paso
a horas
hábiles
Se dice que en mis versos todo es
ayes
todo lamentaciones y reproches,
regodeo en lo oscuro, vértigos y
caídas
Se dice
y yo lo sé
pero qué hago
yo no voy a mentir por complacer
a todos los que piensan
que el dolor
es cosa de mal gusto y destemplada
o tema de ignorantes
y de ebrios
Qué puedo yo decirle a los felices
como no sea pedirles que no lean
poemas que sean malos para el alma
o para la salud o la etiqueta
Qué puedo yo decirle a los felices
Yo no sé lo que saben
no sé de dónde vienen
sus certezas
no puedo ser feliz
no tengo tiempo
para tomarle el pulso a la belleza
soy el que soy
en eso está el problema:
A veces me enamoro de mi mismo
y hay días en los que me odio sin remedio
y quisiera ser otro
uno cualquiera
el primero en pasar
o en alejarse…
En ocasiones
y casi sin pensarlo
lo he logrado:
Se me ha visto cantar
en ese trance.

ANFITRIÓN

No puedo huir de mis amigos
a toda hora entran en mi casa
y no hay rincón en ella
del que no puede aparecer alguno
de improviso

Beben de mi licor,
ríen a carcajadas
critican
sin miramiento alguno
el menor de mis gestos
mi forma de vestir
de llevarme la comida a la boca

Conocen
comoel Que Más
los agujeros de mis calcetines
los agujeros de mis frases
los agujeros de mi corazón

Mis amigos auscultan con minucia mis papeles
leen los borradores de mi vida
saben lo que olvido
lo que quiero olvidar
mis pequeñas miserias

Y
sin embargo
¿A dónde diablos más podríamos acudir a estas horas del mundo
si no es a casa del amigo?
me repito con la cabeza entre las manos
mientras escucho llamar con insistencia a mi puerta…

Quiero guardar silencio
como si no hubiese nadie aquí
pero alguien se levanta detrás mío
a dar la bienvenida a los que llegan
todos queriendo hablar
todos hablando
todos
con ganas de cantar…

Y ésta es su voz

CANCIÓN NOCTURNA

La casa es, más aún que paisaje, un estado del alma
Gastón Bachelard

I

Mi casa está en la infancia
en ese barrio viejo
y no la encuentro.
Nadie me toma de la mano
o me dice
mírala
aquí está
Aquí ha estado siempre

II

En las noches de soledad y de embriaguez
me pierdo
como un niño
en la ciudad

Cuando a la madrugada
escuches a un borracho llamar a sus hermanos
no te inquietes
soy yo
buscando la casa de mis padres,
el corazón en bicicleta,
el corazón jugando entre recuerdos y fantasmas
a la lumbre amorosa del alcohol

III

Todas las noches llueve sobre mi casa
allá en la infancia
y yo me asomo a la ventana:
un ebrio canta en la calle como un loco
el poema de amor del extraviado.
Mi madre
al descubrir quién es aquel que canta,
me abraza y llora
en silencio
allá en la infancia…

ABOLENGO

del polvo
de las cenizas turbias
de los huesos roídos por el tiempo
de la carne que se deslíe mordida por los venenos de la tierra
de esos versos que desmenuza Dios
yo vengo

VUELO DE PALABRAS

¿Qué dirán los pájaros de los cantos de los hombres
no del terrible ruido que hacen los motores de sus máquinas
ni de los gritos de quienes han sido atacados por una voraz enfermedad
y no se resignan a abandonar un mundo que ayer no más maldecían una y otra
vez:

Qué dirán los pájaros de los cantos de los hombres
cuando
parados sobre las ramas de los árboles
o sobre los cables de alumbrado
se nos quedan mirando
de repente absolutamente silenciosos…
Cuando se agitan inquietos
en sus palcos
mientas afinamos acuciosos las palabras:

Qué dirán los pájaros del canto de los hombres

CÓCTEL

Como el cantante de una orquesta pobre
que achispado y alegre
quiere mezclarse con los dueños de la fiesta
bailar
reír con ellos
y es rechazado fríamente con un
“Usted a lo que vino fue a cantar”

Así el poeta en la fiesta del mundo

Para mis anfitriones pasados y futuros,
a manera de desagravio

DÍGANLE A LA BELLEZA

Díganle a la belleza
Que yo merezco la belleza,
Y que ha pasado azul, acaso etérea, sin saberlo

Díganle que la miro todo el tiempo
Labro sus formas con mis ojos enfebrecidos, fuera de orbita
Que tirito por ella en un rincón
Que un sudor frío me recorre cuando pasa desatenta
Que mis versos la merecen, me lo han dicho tantas veces
Pero ella no lo sabe
Ni me lee siquiera, ni me escucha
otra vez desatenta
Y que si no mis versos, sí que mi umbrío corazón bien la merece
Que la dejé pasar hace ya mucho tiempo sin darme cuenta
Pues miraba a otro lado, que me perdone, que se olvide de eso,
Que deliro por ella como un drogadicto o un alcohólico
sin haberla probado nunca, sin haberla bebido, sin haberla fumado.
Que de pronto me muero aquí a la vuelta y la belleza nada
Que estoy viejo y le canto
Que estoy enfermo y la salud de la belleza es mi remedio
Que no me lee, que no sabe leer, pero no importa
Es la belleza
Que atardece espléndida y se va sin saberme
Que amanece en los brazos de tanta y tanta luz que la celebra
Que me ahogo ya en ella sin hundirme en sus aguas
Que la espero al final de este verso
Díganle a la belleza…