foto_atilano_sevillanoGÉNESIS

Un mito inmemorial, proveniente de pequeñas islas de Polinesia, cuenta que Dios creó  las fieras de los bosques y de los desiertos y los demás habitantes del agua, del aire y de la tierra. Cuando estaba a punto de poner el broche final  soñó a la carrera una  historia en la que ponía al frente de la creación  al ser más necio y petulante.  A la mañana siguiente consultó al astrólogo –un hombre de aspecto tranquilo y en absoluto fantástico-  sobre la fiabilidad de los sueños y profecías.

 

TEODICEA

Cuando el Supremo Hacedor se inclinó sobre su proyecto, un silbido galáctico en la sien le indicó que estaba sufriendo una fuga de ideas y dudó. De inmediato se retiró a reflexionar y de tanto pensar se quedó dormido. Cuando despertó, después de algunos milenios, se había hecho sabio en pasiones humanas y comprobó el desaguisado reinante en el orbe. Reparó en los tiempos que corren llenos de estulticia triunfante. Y, como tampoco quería exponerse al descrédito ni hacerse el tonto, decidió tomarse el domingo de descanso, para acaso mañana comenzar de nuevo.

 

CREACIÓN

Para el séptimo día ya había terminado todo lo que se propuso. Comprobó que el guión que había escrito a lo largo de la semana era bastante aceptable. Sus personajes ya habían improvisado algunas escenas y  se habían realizado algunas tomas.  Por todo ello decidió tomarse un  breve descanso. Al octavo día: luces, cámara…¡acción¡, ¡cooorteeen¡ gritó el Creador. El estreno resultó  todo un taquillazo.

 

LA GRAN CRISIS

Dado el cansancio y vistos los resultados (muy por debajo de su genio), a Aquel que Todo lo Puede le dio por traspasar el negocio. Se sumió en una pertinaz melancolía y apenas le quedaban ganas de vivir y menos aún de armar un nuevo proyecto, aunque sólo fuese una torpe copia a escala del Más Grande Arquitecto que un día fue. Deambulaba la mayor parte del tiempo como un alma en pena, cargando con sus problemas de insomnio y relatando sus recuerdos infantiles, su complejo de Edipo, su agorafobia y sus más recientes fracasos a la primera criatura dispuesta a escucharle que, a ser posible, fuese un psicoanalista.

 

LENGUAJE UNIVERSAL 

Ocurrió que Yahvé quiso poner fin a tanta confusión y bullicio al babel de lenguas reinantes en las distintas partes del orbe. Así, dispuso que en un período de cuarenta días y cuarenta noches reinara el silencio. Terminó con las palabras y la gente se quedó con la boca abierta. Existía la sensación de no poder escapar del desastre que se avecinaba. Más no ocurrió así. Empezaron a emitir unos sonidos deslavazados, un ruidoso gorgoteo: “cric”, “pli”, “tral”. Hasta que, transcurrido el lapso de tiempo, ya no fueron necesarias las palabras. Con un gesto cómplice se decían todo.

 

FRATERNIDAD

He oído a don Crítico, alcalde de una aldea perdida en la montaña, referir la historia siguiente: Después que Moisés recibió las Tablas de la ley, su hermano, el del Becerro de Oro, descubrió varias faltas ortográficas, mas guardó un respetuoso silencio.

 

EL PROFETA

Lugar: playa de arena humedecida. Promesa: encuentro místico. Hora: a la media- noche. Resultado: negativo. Éramos  demasiados  los incrédulos entre la muchedumbre.

 

INTRUSISMO

El suceso ocupó la primera plana de todos los diarios: Predicador evangélico viene practicando cirugía estética en presencia de sus feligreses.

Aquello provocó que la American College Aesthetics exigiera la reclusión preventiva del evangelizador so pretexto de que ni era cirujano colegiado ni había seguido el protocolo de rigor en casos análogos.