En medio de Villamayor, en una calle protegida por docenas de lapachos rosados, se encuentra la Plaza San Cristóbal. En su juventud era el paraíso de los niños, sobre todo por  la fuente  escultórica “Los Vientos” que ofrecía divertidos  juegos de agua. Hoy, seca y ajada  acumula botellas vacías de gaseosas y cerveza, paquetes aplastados...