ENTREVISTA A GUSTAVO MARTÍN GARZO

Elisa Sánchez Sousa

GMG

 

 

 

Gustavo, en primer lugar, muchas gracias por aceptar esta entrevista. Comenzaré con una pregunta muy general. ¿Qué es para usted la escritura y cómo ha afectado a su vida dedicarse a ella casi exclusivamente?

 

Es una pregunta ciertamente general y complicada de responder. La escritura se ha transformado en algo completamente necesario para mí, yo creo que ahora no sabría vivir sin escribir y, de hecho, cuando termino un libro siempre hay un periodo de zozobra en que no sé muy bien qué hacer con mi vida hasta que no comienzo otro nuevo. O sea, yo diría que la escritura es una forma de vida y se ha transformado para mí en una necesidad de la que no puedo prescindir.

 

Voy a centrar mis preguntas ahora en un solo libro, El amigo de las mujeres, sobre el que estoy realizando mi Trabajo de Fin de Grado. ¿Cómo fue el desarrollo/ la creación de este libro?

 

Este libro es un libro muy temprano mío. Yo recuerdo que en ese momento yo llevaba un cuaderno de notas en que iba anotando… No era tanto un cuaderno íntimo sino una serie de anotaciones que yo iba haciendo de cosas que me llamaban la atención: a veces eran de libros que había leído, de películas que había visto, de cosas que sucedían por la calle. Y entonces, de pronto, en un momento dado, me di cuenta de que había muchas observaciones referidas a las mujeres que veía por la calle, a las que me encontraba, a las que miraba… Y esto me dio la idea de poder hacer un libro, un poco imitando a esos libros de Gómez de la Serna, un autor que me encanta y en ese momento leía bastante, hacer un libro que estuviera centrado exclusivamente en las mujeres, que fuera una especie de paseante que diera cuenta de, no solamente de sus encuentros con las mujeres en la calle y en su vida, sino también esos ensueños en relación a ellas. Esa fue un poco la idea, y el libro la verdad es que salió prácticamente solo, sin demasiado esfuerzo.

 

Entonces esas escenas que podemos leer son creaciones propias de la imaginación pero también están basadas en acontecimientos reales que has presenciado, que has visto… ¿En qué medida?

 

Claro, claro. Vamos a ver, ahí hay varios tipos de fragmentos, porque hay algunos que son como pequeños relatos, hay otros que son fantasías de ese protagonista del libro, que es un paseante solitario que se encuentra con distintas mujeres y las mira, las contempla y tiene sus fantasías en relación a ellas. Pero sí, muchos de esos fragmentos están basados en cosas reales que yo percibía en ese momento, con las que yo me encontraba literalmente en la calle, en los bares, en los libros que leía, en las películas que veía, etcétera. O sea, sí que tiene una base, un arraigo en lo real más inmediato.

 

Por tanto, en este narrador que observa y vive todas estas escenas, el propio “amigo de las mujeres”, ¿se funden la voz narrativa y la voz autorial?

 

Pues sí, en efecto. Es decir, naturalmente cuando de pronto tienes ya la idea, el proyecto de hacer un libro, ya no eres exactamente tú el que estás mirando todo aquello, sino que ya lo haces a través de la mediación de esa voz de la que tú hablas, de esa voz narrativa. Es en cierta forma un personaje novelesco, que no se confunde enteramente conmigo, ni mucho menos.

 

Las mujeres de su familia han influido en usted en gran medida. Explíquenos cómo se refleja este hecho en El amigo de las mujeres.

 

A lo mejor han influido por la ausencia, hay algo que sí que puede ser una explicación de por qué ha surgido este libro y es que en mi casa éramos una familia numerosa: seis hijos, pero todos varones, no había ni una sola chica. Yo, por tanto, no tuve la experiencia de una hermana ni, por supuesto, de las amigas de la hermana llegando a tu casa y acercándose. Todo ese mundo de lo femenino, que en aquel tiempo estaba, además, muy alejado del mundo de los chicos porque los colegios no eran mixtos, y realmente el mundo de las chicas era un mundo desconocido para mí, por eso estaba lleno de misterio, de preguntas acerca de cómo eran, qué sentían, qué pensaban… Y esto se ve mucho en el libro, es decir, es la presencia de lo otro, de aquello que es diferente a ti. Este es el atractivo de hacer ese recorrido, digamos, hacia ellas.

 

¿Qué acontecimientos le rodearon y le impulsaron a escribir una obra como ésta, a salirse de la novela que había estado escribiendo?

 

No lo sé, ya te he contado un poco cómo fue. En principio fueron pequeños fragmentos que aparecían en ese cuaderno y de pronto me di cuenta de que esa presencia de las mujeres se daba de una manera más o menos continuada en ese cuaderno y, de pronto, decidí hacer el libro. Es un libro que surgió solo. Hay dos tipos de libros. Uno de ellos son esos libros a los que das vueltas a lo largo del tiempo y a lo mejor tardas muchísimos años en escribirlos. Tengo libros que a lo mejor he tardado veinte años en escribir, en ponerme a escribirlos y les sigo dando vueltas en mi pensamiento y son viejos proyectos que me han acompañado a lo largo del tiempo. Pero hay otros libros que literalmente te los encuentras, que tú no has pensado en ellos más que en el momento en el que surgen, te reclaman y te pones a escribirlos. Y este, desde luego, sería uno de esos, del segundo tipo de libros, esos libros que llegan a ti sin que tú los hayas buscado, sin que lo hayas pretendido.

 

¿Lo consideraría usted uno de sus libros más especiales?

 

Es un libro especial. Es un libro con el que yo tengo ahora una relación un poco difícil porque, en primer lugar, me parece demasiado vehemente, demasiado enloquecido, pero con el paso del tiempo me he dado cuenta de que fue una especie de semillero, porque muchísimas de las cosas que han aparecido en ese libro luego las he desarrollado de otra manera en otros libros diferentes. De alguna forma yo creo que es un libro matriz, que contiene gran parte de todos mis libros y obsesiones futuras de una manera distinta. Así que supongo que sí podría ser un buen libro para, digamos, sumarse a mi obra, aunque ya te digo que a veces yo tengo ciertos problemas con la manera en que está escrita, sobre todo con esa especie de…, ese lado tan vehemente, tan encendido que incluso algunas veces me avergüenza a mí mismo un poco leerlo.

 

¿Podría resumirnos lo que nos ha querido transmitir con este libro, cómo quiere que se lea?

 

No lo sé, es muy difícil saber por qué escribes un libro. Escribes un libro porque te surge, porque necesitas hacerlo y supongo que tiene que ver con algo muy obvio que es mi fascinación por el mundo de la mujer. Yo creo que eso es una cosa clara y esa fascinación da lugar a una serie de pequeñas prosas que a veces son relatos, a veces son textos poéticos, en los que trato un poco de adentrarme, como te decía antes, en ese misterio que es representado por la diferencia sexual. El hombre se siente atraído por la mujer, la mujer representa eso otro que él no es, y supongo que a ella le pasará lo mismo en relación al hombre. Entonces ese misterio de lo femenino es el que trato de explorar, porque desde luego yo creo que la literatura tiene que ver con este tratar de acercarnos a lo otro, porque también hay que tener en cuenta que en un mundo como el nuestro, que es un mundo muy masculino, muy machista, muy construido exclusivamente por hombres hasta el momento, todavía en Occidente siguen existiendo grandes dosis de machismo y no digamos nada en el resto del mundo, entonces la mujer representa justamente aquello que podemos llamar lo otro, es una criatura que permanece en los márgenes de ese mundo, de la misma forma que el negro, de la misma forma que el inmigrante, que el niño…, es decir, todo ese territorio de lo otro es un territorio profundamente literario, es el que la literatura quiere explorar de alguna forma y la mujer viene de ahí en nuestra civilización, ha estado siempre en los márgenes, y por eso se transforma en un ser muy literario, un ser que es capaz de contar muchísimas más cosas de todo eso que queda afuera, de lo que a lo mejor puede contar un hombre.

 

Este es, hasta el momento, su único libro publicado de narrativa breve, ¿cómo lo clasificaría usted: cuento, relato, microrrelato, narrativa breve…? ¿Ha pensado volver a cultivar este género tan en boga?

 

Tengo otro libro que también está centrado sobre la mujer, porque habla de las madres, de los distintos tipos de madres: Todas las madres del mundo. Es un libro que también surgió de una manera inesperada y es curioso porque también está tejido en torno a la mujer. Y ¿cómo lo llamaría? No sé. La verdad es que entiendo que es un poco difícil de clasificar. Yo lo único que he escrito ha sido narrativa y entonces pienso que son textos narrativos, textos breves. Es verdad que tienen este afán de, como son textos breves, de tener un final que sorprenda, que más o menos atraiga al lector, le sitúe ante algo diferente. Y en ese sentido participa probablemente de lo poético, que siempre busca ese instante de iluminación, de epifanía, de encuentro con algo inesperado. Pero, no sé, yo diría que son pequeños relatos.

 

Ahora está volcándose también en la narrativa infantil, ¿qué puede aportarle esta literatura y qué puede aportar un escritor reconocido como usted a ella?

 

Lo que pasa es que para mí la literatura infantil, a ver cómo te lo digo… Yo no hago distinción entre literatura infantil y literatura de adultos. De tal forma que a lo mejor todo depende de la historia que quieras contar. Si de pronto se te ocurre contar una historia en la que aparecen hadas, en las que hay animales que hablan, en las que hay un dragón, parece que eso tienes que llamarlo literatura infantil y juvenil. Pero yo no veo por qué, no veo la necesidad de hacerlo. Yo reivindico mucho este tipo de textos, esa fantasía también para adultos. Creo que el adulto no se puede desvincular de ese mundo, y si lo hace mal camino lleva, desde mi punto de vista. Ese tipo de historias interesan a todas las edades, no solamente tiene por qué interesar a los niños, porque esas historias hablan de nuestro mundo interior, de nuestro ser interior: de nuestras fantasías, de nuestros deseos…, y yo no creo en ese sentido que la imaginación sea una facultad que nos aparta de la realidad y nos propone como una especie de mundo no problemático, ajeno a los conflictos que definen habitualmente nuestra vida, sino que yo creo que es todo lo contrario, la imaginación nos permite ahondar en lo real, entrar más profundamente en ello. Es decir, visitar el territorio de nuestros sueños, de nuestros deseos, de todo lo que hay más escondido en cada uno de nosotros. Y para eso necesitas este tipo de historias, porque un relato realista no llega a ese interior del que te estoy hablando. En ese sentido, no hago distinción alguna en literatura para niños, y yo creo, por ejemplo, soy muy aficionado a los cuentos de hadas y me parece muy bien que los lean los niños, pero me parece muy bien también que los lean los adultos si les gustan, que los lea a quien le guste.

 

Para finalizar, ¿podría comentarnos si está embarcado actualmente en algún proyecto?

 

Acabo de publicar ahora una novela, es un cuento de hadas también, para adultos y para niños. Y tengo terminada otra novela, una novela bastante extensa, que es más realista, por decirlo así. Mis novelas siempre son falsamente realistas, siempre hay elementos fantásticos en ellas, y en esta también lo hay, no voy a decir cuál es. Y ya ando metido en otra, pero de esta que tengo en estos momentos entre manos prefiero no hablar porque siempre los escritores tenemos un temor supersticioso a que si hablamos de algo que estamos escribiendo a lo mejor se evapora y se queda en nada.

 

23 de mayo de 2014