Paola Cadena
A pesar de su juventud, la voz de Paola Cadena es una de las personales y definidas de la poesía hispanoamericana actual. Sus imágenes, extraordinariamente originales, y su lengua, única y edénica, se dejan oír con claridad y diferencia desde su primer libro, Hotel. De este poemario quiero dar una muestra ahora, introducida por su propia voz:
PAOLA CADENA
CONVERSACIÓN ENTRE DIOSES DE LA CREACIÓN,
ESCUCHADA DESPUÉS DE HACER VERDADERO SILENCIO:
ÉL: ¿forma de qué le darás a la Vida?
ELLA: de Hotel, llegarán, amarán los que tengan suerte y se marcharán
ÉL: ¿y si no tienen suerte?, ¿morirán con la luz apagada?
ELLA: en la luz apagada, algunos aprenden a encender velas.
ÉL: ¿y si las velas los queman?
ELLA: el Hotel seguirá en la palma de sus manos
Habitación 402
EL RELOJ DEL HOTEL ESTÁ ATRASADO
Atrasamos el reloj para llevarle ventaja al tiempo
y robarle unos minutos que tal vez le sobran
Así, si debemos morir a las 3:00 p.m.
tenemos quince minutos más de sueños
Quince minutos para estornudar tres veces
y morir llenos de salud dinero y amor
Quince minutos para dormir la siesta
y que la muerte tenga que venir a despertarnos
Quince minutos para pagar las deudas
o para esconderse detrás del sol
para bailar el vals de los desencantados
y sonreír al público con cara de sueño
Como última estrategia
quince minutos para tomar un violín
y darle serenata a Dios
-tal vez así se arrepienta de quitarnos la vida-.
Habitación 404
UN HOMBRE GRITANDO DESDE EL BALCÓN DE SU HABITACIÓN
Quisiera ser Dios
y cambiar el orden de las cosas
Que los presidentes limpiaran botas
Y los obreros supieran cantar
Que el licor fuera alimenticio
Y las verduras produjeran celulitis
Que el día tuviera 36 horas con 24 dispuestas para dormir
Que cada pan se pagara con un poema y todos viviéramos en un libro
Que los ataúdes tuvieran forma de flor
Y en los cementerios bailaran los muertos
Que el cigarrillo mejorara la vista y acariciara los pulmones
Que Dios tuviera un despacho para atender las quejas
Y la lluvia pudiera activarse con halar la rama de un árbol
Que las velas hablaran de su cera derramada
Y los muñecos de felpa levantaran una mano para secarnos las lágrimas
Quisiera ser Dios
para cambiar el orden de las cosas
pero soy una planta
y ni siquiera puedo correr
EN EL BAR DEL HOTEL
Las palabras no llegan fácilmente
hay que ir a buscarlas a los bares
y traerlas borrachas y brindarles una copa de vino
No es fácil convencerlas de acostarse en el papel
exigen primero un beso y una canción
Las palabras suelen revelarse cuando no se les ama
y entonces sacan un puñal del bolsillo
y en vez de versos crean heridas
y se quedan calladas y se alían con el silencio
Las palabras exigen tapete rojo a la entrada del libro
y que caigan rozas del cielo al momento de su arribo
entonces hay que llegar a un acuerdo con las nubes
para que dejen el agua en sus gargantas
y deshojen por un momento las flores del cielo
Las palabras no llegan fácilmente
hay que ir a buscarlas en el bosque
de noche
con cuidado de que no apaguen nuestra antorcha
y nos refundan por siempre en su reino infinito.
EN EL ACUARIO DEL HOTEL
Los peces aquí están dispuestos en orden de color y tamaño
y al observarlos de lejos conforman una ballena violeta
Los huéspedes pueden verter un poco de vodka en el acuario
y entonces a la ballena le brotan alas azules
y sale volando borracha por los pasillos
Hasta que el efecto se acaba
y vuelve resignada al agua trasparente
y se divide de nuevo en pequeños peces
dispuestos en orden de color y tamaño.
Así vuelve mi alma en cada resaca como esta
a poner sus peces en el lugar justo
matando la ballena violeta
que anoche
quiso ser pájaro
POEMA QUE SOSTIENE UNA PARTE DEL TECHO
DEL HOTEL QUE ESTÁ POR CAER
Una suerte de poética
El hotel es la vida
y la poesía esta extraña columna que me aleja del cielo y me saca de la tumba
No son las palabras precisamente la poesía
sino más bien la palabra
que es todas y es ninguna porque no puede asirse a sí misma
no es la palabra de Dios ni mi palabra tampoco
es una caja cerrada donde las aves vuelan
un cielo inmenso donde se arrastran los pájaros
La poesía no tiene porque ser algo
el hombre inventa su propio manicomio
desde el cual cree entender todo
el color de los otros
el aliento del perro
pero no hay vasos comunicantes entre un desvarío y el otro
Entonces
dejemos que algunos cuantos
se encierren en las letras
creyendo que son amantes
o dioses
o murciélagos
que más da…
cada loco con su cuento
o lo que es lo mismo
cada poeta con su dolor
POEMA QUE LANZO PARA QUE COMA EL PERRO QUE CUIDA LA PUERTA
DEL HOTEL
I
Ya sabía yo que no podía ser verdad
Decían que soy mujer
pero me parezco más al perro
Si he comer y dormir bien
Debo vivir encerrada
Lamiendo las manos a que bien me sirve
De lo contrario andaría sucia
buscando entre canecas la tristeza que me sobra
Chillo por las noches cuando algo me asusta
-La soledad por ejemplo-
Me vuelvo como estúpida y me vuelco patas arriba cuando alguien me consiente
Y busco el momento preciso para atacar a quien me ataca
Soy una perra que escribe poemas sin mirar la luna
Tal vez me inspira el plato de comida
El collar que me ata
O el ladrido vecino
Una perra poeta
Un animal loco
Que chilla eternamente
Mirando un muro blanco
II
Hoy soy perro porque no pude ser pájaro
y miro al mundo sin colores
y no puedo volar
Hoy me levanté en cuatro patas
y quise tener alas
POEMA QUE FERTILIZA LAS FLORES DEL JARDÍN DEL HOTEL
En vez de hornos que incineren el tiempo
o bóvedas para guardar las sobras de los gusanos
ofrecemos el jardín del hotel
Allí los cuerpos se convierten en girasoles
cuando fueron seguidores de luces amarillas
O en rosas sombrías y calladas
cuando la oscuridad fue su lámpara
y la soledad su guardarropas
Aquí un cuerpo es una semilla sin nombre
y no un cúmulo de carnes e hilachas
que el olvido bautiza y la inutilidad acoge